La calabaza se pudrió devastada por el tiempo, los ratones fueron devorados uno a uno por el gato de la esquina, y uno que otro fue desgarrado por la ratonera; Y esto no acaba a las 12 simplemente vuelve a empezar.
La madrastra fingiendo amor, mientras tras la puerta, la lascivia se derrama entre sus muslos.
Las hermanastras en una esquina, con un filtro de segunda mano, esperan la llamada del extraño; El príncipe azul sin consciencia en el suelo de una cantina acabado por el alcohol y una jeringa clavada en su antebrazo.
La princesa cubierta en ropa desgarrada, trasluciendo sus golpes asestados por el amor embriagante de sus sueños, mientras recorren cristales salinos su rostro, sentada en el suelo del gran salón frente a su cuadro arañado por el tiempo, reflejando su belleza ya fallida.
La hada madrina enjaulada y puesta de exposición, en el centro del palacio, gente a su alrededor escupiéndole y arrojándole piedras sin cesar.
El baile tan esperado, en un salón destrozado, unos con arapos y otros solo con trapos, pero en el baile final las zapatillas hechas frágilmente no soportaron el peso de la realidad, quebrándose rasgando los pies de la princesa, haciéndola caer en un ruido sordo al punto de la muerte.
Este acontecimiento pasa desapercibido, y pasa otra al frente, así nombrada la siguiente en lista, sellando su destino en un beso traicionero reflejando otra verdad...
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